martes, 6 de septiembre de 2011

Sus miradas no le decían nada

Despertarme en una gran habitación, acompañada de una larga y ancha cama; que a mi lado, justo enfrente de mi espalda, haya una ventana con un gran rayo de luz (que se abre paso en mis sabanas) alumbre toda la estancia y que justo enfrente de mi cara estés tu. Parece ser un maravilloso día. Parece...
Como cada mañana al levantarme de la cama camino hacia el cuarto de baño, con cuidado refresco mi cara y como no el cuello y la espalda (esas gotitas caídas de la nuca que recorren con sigilo mi espalda, frías como el hielo...). Y bajo las escaleras que conducen a la planta baja (aun no pienso en nada) te encuentras en la cocina con un gran ramo de flores blancas, algunas tiradas por el suelo... Tus labios empiezan a gesticular palabras y es cuando mi mente recuerda...

La noche anterior a lo sucedido, había sido una como otra cualquiera de la ya acostumbrada rutina; de cena un tazón de leche bien caliente, la película que estuviera de estreno en la tele y algún reality sin mucha audiencia (porque se emitían muy tarde). Nadie menos él, podría haberse imaginado lo que estaba apunto de suceder al siguiente día. Y fue por la mañana cuando todo en ellos cambió.
Esa mañana se despertaba diferente para él, apuró todo lo que pudo su café matinal, intentó no hacer demasiado ruido al volverse a bañar (de los nervios no hacia mas que sudar). Ella inmersa en su sueño, no oyó nada, pobre chica y pensar todo lo que habían pasado juntos... Es lo que tiene no fijarse bien en las fichas del juego.
Una vez fuera de peligro, camina tranquilo hacia su coche, arranca y sale de la ciudad. No parecía un chico malo, al contrario, tenia pinta de ser muy humilde y sobre todo fiel. Cuando llega a un gran descampado, hay una chica morena, un tanto peculiar sentada en una piedra esperando por alguien. Sus labios rojos incitaban a todo aquel que los viera a comérselos, sus mejillas sonrosadas hacían ver la niñez que escondía, su largo y fino pelo negro invitaba a perderse en el... Abre la puerta del coche y como si nada le da un beso al chico, este sin inmutarse le responde con otro un poco mas intenso -¿Te ha visto salir?- le pregunta la chica del pelo negro -Que me va a ver, esta ciega, si no ya se hubiera dado cuenta de que estamos juntos, ¿no crees?- responde él. Y es verdad, lo que no sabia ella, era que "su vida" le estaba siendo infiel.

Con el tiempo siempre acabamos hablando

Sentir ese sentimiento de ahogamiento es mortal en mi, me paraliza tanto que no puedo pensar, como me jode cuando levantan la voz, no por que grites mas alto me vas a hacer bajar. Aprendo cada día un poco más, la vida es sabia, te da lo que necesitas y te quita lo que esta de más (aunque a veces no sabe diferenciar).
¿Por que no me dejas explicarme? Lo que tu me digas lo haré y lo sabes. Te cierras y molesta bastante. 
Tantas discusiones son cansinas, encima son por boberias que haces cada vez mas grandes... Por casualidad, ¿me oyes?. Intentas llevarlo todo a tu terreno y despues te quedas con el remordimiento.
Paso de discutir más, si quieres ser capitán ve y hazlo, pero yo no voy a ser tu soldado. Cada vez que volvamos a discutir, olvídate de que vaya a pedirte perdón me callare y no te diré nada; con el tiempo acabamos hablando.